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Problemas en la relación

¿Tienes problemas en la relación de pareja?
¿Sientes que todo va mal y la solución parece inalcanzable?

Antes de darlo todo por perdido te invitamos a leer este interesante artículo que quizás te resulte útil ya que es extrapolable a cualquier tipo de relación.
La clave es la siguiente: para mejorar nuestras relaciones interpersonales, y en particular las amorosas, es vital que analicemos nuestros pensamientos, ya que éstos desempeñan un papel fundamental en nuestra vida emocional.

¿De dónde surgen las emociones?
La mayor parte de nuestras reacciones emocionales son el resultado de un flujo constante de pensamientos que denominamos monólogo interior, y que nos ayuda a interpretar y entender el mundo en el que vivimos. Esto parece razonable, hasta lógico, excepto por el hecho de que nosotros mismos no siempre nos decimos la verdad, en ocasiones omitimos las partes importantes, a veces las exageramos, o incluso razonamos con los criterios equivocados de «blanco o negro», oviando la restante gama de colores. Estas indicaciones falsas son llamadas distorsiones cognitivas y generalmente son irracionales, ya que se basan en datos inciertos e incorrectos.

La terapia cognitiva conductual se interesa particularmente en este fenómeno, evidencianzo los mecanismos tradicionales y las posibles herramientas para mejorar. El mecanismo de base de una distorsión cognitiva actúa al interno de una secuencia definida ABC (antecedente, conducta, consecuencia). Se necesita tiempo para ser capaz de reconocer las propias distorsiones cognitivas, sin embargo, se pueden seguir algunas indicaciones para intentar lograrlo.

A continuación vamos a intentar ver cuáles son los pasos fundamentales a llevar a cabo:
1º. Escuchar tu propio monólogo interior
Es importante prestar atención a lo que yo digo y no sólo a lo que el otro dice. Nos puede ayudar llevar un diario de nuestros propios pensamientos.

Ejemplo A
Evento: No se presentan a una cita
Pensamiento: No soy importante, soy invisible
Sentimiento: Rabia

Ejemplo B
Evento: Platos sucios
Pensamiento: Nadie me ayuda, estoy sola
Sentimiento: Tristeza

Si observamos los pensamientos y las emociones que provocan las reacciones, podemos empezar a entender que en la proyección de nuestra conducta no hay solo una respuesta al comportamiento del otro, sino también una propia idea preconcebida.

2º. Una vez que hemos comenzado a observar nuestro monólogo interno, podemos iniciar una investigación sobre nuestras distorsiones cognitivas. Para ayudarnos, pensemos en las ocho distorsiones cognitivas que tienen mayor impacto en nuestras relaciones interpersonales.

•Visión de túnel: se caracteriza por la atención selectiva solo a aquellas partes negativas de la relación. Nos centramos en los problemas y no en los beneficios.
•Intenciones anunciadas: atañen a la lectura de la mente. Se trata de la convicción de muchos de poder prever o interpretar las acciones y los sentimientos del propio compañero sin tener una confrontación real de la situación.
•Magnificación: consiste en una eneralización de lo que está pasando para que sea lo que domine en la relación, sobre todo en sus aspectos negativos (tú eres siempre…tú no eres nunca)
•Etiquetado global: poner etiquetas a la propia pareja de carácter negativo: estúpido, idiota, insensible…
•Dividir todo en bueno o malo: sólo se razona de forma antitética, o blanco o negro, o justo o equivocado.
•Lógica fracturada: se refiere al hecho de hacer «de una piedra una montaña», mediante esta lógica pasamos fácilmente de un pequeño evento a una conclusión generalizada.
•Control de error: pensar que la causa de la crisis es racional y que ninguno, sobre todo la otra parte, quiere hacer nada para cambiarla.
•Descargar la responsabilidad: pensar que todo es culpa de la otra parte y que por ello debe ser castigado.
•En este punto ya podemos intentar reconocer nuestras distorsiones cognitivas para observar aquellas más frecuentes.

3º. Considerar la relación que existe entre los pensamientos y los comportamientos
Observando nuestro comportamiento habitual, localizando y evidenciando nuestras distorsiones cognitivas y los sentimientos que las caracterizan podemos empezar a preguntarnos: ¿qué es lo que me digo cuando me sucede esto?, ¿cómo reacciono?

4º. Desafiar y cambiar las distorsiones cognitivas
Aquí viene la parte más difícil, una vez reconocida la distorsión es necesario querer trabajar sobre ella. Para ayudarnos en esta ardua tarea, si no estás interesado en visitar a un especialista, que sin duda te asesorará, puedes recurrir a la siguiente lista de preguntas:

• ¿Qué evidencias apoyan mi interpretación?
• ¿Qué evidencia sería contraria a mi interpretación?
• ¿Existe una explicación alternativa para el comportamiento de mi pareja?
• ¿Hay otras razones o sentimientos que pueden haber llevado a actuar de esa manera?
• ¿He revisado mis creencias con respecto a mi pareja?
• ¿Lo que creo es siempre cierto o hay excepciones?
• ¿He considerado los dos lados de la balanza
• ¿He tenido en cuenta los aspectos positivos de mi pareja?
• Si estoy generalizando o etiquetado, ¿puede describir la situación de una manera más exacta y específica?
• ¿Puedo volver a escribir una parte de mi diario personal, teniendo en cuenta la información obtenida a partir de estas reflexiones?

Si la última respuesta es positiva, merece la pena revisar nuestras precepciones que, indudablemente, influirán en nuestra conducta para un buen desenlace.

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