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La electroestimulación

La estimulación eléctrica es utilizada por muchos atletas, entrenadores y médicos, aunque su lista de usuarios no acaba aquí, un amplio abanico de personas puede sacarle partido ya que persigue la consecución de varios objetivos: deportivos, estéticos, de rehabilitación o relajación, es decir, tú también puedes beneficiarte de sus resultados.
La electroestimulación es muy fácil de utilizar, basta con la aplicación de unos electrodos (autoadhesivos o con la ayuda de un gel) para conseguir un método de entrenamiento muy completo y efectivo.

Sin embargo, una consideración que a menudo olvidamos, la electroestimulación no debe considerarse un sustituto del ejercicio; nuestro consejo es no utilizarlo más de tres veces a la semana por cada grupo muscular, elevando gradualmente la intensidad y combinado con otro tipo de actividad física.

¿La electroestimulación beneficia o perjudica?
La electroestimulación, es decir, el tratamiento que a través de impulsos nerviosos permite la contracción del músculo facilitando la tonificación y el trabajo muscular, está de moda; la televisión, internet y revistas especializadas le han dedicado en los últimos meses gran espacio debido al interés que suscita y a sus múltiples aplicaciones.

No es ningún secreto que desde hace tiempo atletas y deportistas profesionales utilizan la electroestimulación para completar y afinar su entrenamiento; sin embargo, el éxito de la electroestimulación, y su nueva aparatología, se ha extendido en los últimos tiempos  a un público más variado gracias a su fácil aplicación y un gran aliciente: promete auténticos milagros con un mínimo esfuerzo, sentados cómodamente delante del televisor o reposando en la cama, bastan 30 minutos de “relax” para conseguir, en teoría, el trabajo de dos horas de gimnasio.

Beneficios de la electroesdtimulación, ¿es oro todo lo que reluce?
La estimulación tiene grandes ventajas.
1. Produce efectos beneficiosos sobre el tono muscular.
2. Reduce significativamente los tiempos de entrenamiento.
3. Limita el gasto de energía de los músculos estimulados.
4. Relaja la zona recién tratada o entrenada.
5. Desarrollar la fuerza explosiva, la resistencia y la elasticidad.
6. Produce efectos estéticos positivos y alivia el dolor.
7. Permite desarrollar otra actividad durante el tratamiento.

Todos estos factores positivos ya justifican por sí solos la compra de un aparato de electroestimulación, pero, como adelantábamos líneas arriba, limitar solo a ello nuestra actividad deportiva es un gran error que puede, lejos de beneficiarnos, acarrear riesgos.

La estimulación eléctrica y los desequilibrios musculares
En cualquier deporte nuestro cuerpo utiliza toda una serie de músculos que están directa o indirectamente involucrados en el movimiento; con la electroestimulación, sin embargo, al poder focalizar nuestro entrenamiento en músculos específicos corremos el riesgo de crear un desequilibrio y descompensación muscular entre un músculo y su antagonista.

No es de extrañar que aquellos que tienen problemas de rehabilitación consigan con esta tecnología efectos extraordinarios que les permitan recuperar por completo el tono muscular de la parte lesionada en poco tiempo.
Pero si tienes unos objetivos que van más allá de la relajación o la rehabilitación, es aconsejable que lo combines con otra actividad motora más completa.
A pesar de lo anterior, la electroestimulación sigue siendo una gran aliada contra los problemas relacionados con la grasa, ya que obliga a la fibra muscular a quemar grasa y ayuda a la circulación linfática y sanguínea consiguiendo efectos positivos sobre la salud y el cuerpo.

Reglas a seguir para una perfecta electroestimulación
1. No estimules los músculos cuando están tensos, contraídos o doloridos.
2. Estimula las zonas que te interesan sin crear un desequilibrio en el orden muscular (si estimulas los músculos de una pierna es necesario estimular también la otra, de modo que el tono y el desarrollo sean equilibrados).
3. Asocia siempre la electroestimulación, realiza ejercicios de estiramiento.
4. Sigue siempre las indicaciones que el aparato ofrece para establecer la duración e intensidad del estímulo, cada músculo necesita una intensidad y entrenamiento diverso.
5. Comienza gradualmente sin llegar a superar nunca los límites de resistencia.
6. Si lo usas correctamente no existen contraindicaciones, excepto para aquellas personas que necesiten marcapasos, pacientes que sufran epilepsia o niños.
7. Asegúrate de que el producto que has comprado esté certificado de acuerdo con la norma CEI 601-1-2 de compatibilidad.

Así que ya lo sabes, realiza una actividad motora completa y trabaja con la electroestimulación aquellas zonas más conflictivas o rebeldes, todo ello con regularidad y sin excesos, para conseguir una figura perfecta y un cuerpo tonificado, ¿conclusión? electroestimulación, sí.

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