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La dieta en el embarazo

La salud y el bienestar son el resultado de una alimentación completa y equilibrada, cobrando aún más importancia en la época del embarazo. Aunque pueda resultar una obviedad, es necesario aumentar de peso en el periodo de gestación, se trata de un proceso que, lejos de asustarnos, debemos asumir con naturalidad, desechando la peligrosa idea de iniciar estrictas dietas que pueden incluso poner en riesgo nuestra salud. Es importante controlar nuestra alimentación para asegurarnos de que ésta a porta a nuestro organismo las sustancias y nutrientes necesarios a la hora de crear una nueva vida.

¿Qué alimentos no deben faltar en nuestra dieta durante el embarazo?

Asegúrate un aporte diario de leche
La leche es muy importante durante el embarazo, pues es rica en proteínas, sales minerales (magnesio, calcio y fósforo) y vitaminas A, B y D, y ayuda a la formación de los huesos del bebé; pero atención, debemos prestar mucha atención y desechar cualquier leche no pasteurizada o quesos a base de leche no pasteruizada. Lo más aconsejable es ingerir alrededor de cinco vasos de leche al día, pudiendo ser sustituídos por yogur o queso.

Puedes beber un vaso de leche por la mañana durante el desayuno, a mediodía tomar un yogur (si es con cereales mejor) y durante la cena ingerir unos cien gramos de queso; procura que se trate de quesos poco curados y bajos en sal, lo ideal es incluirlos en una ensalada para asimilar también el alto contenido en hierro que ésta te ofrece.

¿Carne?, sí, pero no toda
La carne siempre hace bien y es importante incluirla en tu dieta en el embarazo, pero mucha cuidado en el consumo de ésta, los embutidos y las carnes poco hechas aumentan el riesgo de infección por toxoplasmosis, una enfermedad parasitaria que se contrae a través de la ingesta de carne poco cocida o contaminada. Recuerda, es un gran error eliminar su consumo durante este periodo, lo aconsejable es consumirla de cuatro a seis veces por semana; opta, eso sí, por la carne magra o baja en grasas (aunque parezca sorprendente la carne de caballo tiene un alto contenido en hierro), puedes cocinarla con un chorrito de aceite de oliva y acompañarla de una ensalada, procurando siempre que esté bien hecha. Ahora lo más difícil, evita los embutidos, especialmente aquellos ricos en sal, elige aquellos más magros, como por ejemplo el jamón cocido, limitando su ingesta a una vez por semana.

Pescado bien cocinado
Sobra decir que te alejes de los restaurantes japoneses una temporada, nada de sushi o sashimi; también debes evitar los mariscos frescos o en conserva. El pescado crudo y ahumado aumenta también el riesgo de contagio, lo más aconsejable es el pescado fresco y bien cocido, unas tres veces por semana. Un buen filete de merluza con perejil y patatas, cocinado a la sartén con agua, aceite y ajo, además de sabroso es sano.

¿Qué pasa con el huevo?, ¿debo eliminarlo de mi dieta en el embarazo?, la respuesta es no. El huevo es muy importante, y más aún durante el embarazo, pues constituye una rica fuente de proteínas, solo un consejo, emplea una receta que no lo haga muy indigesto.

Fruta y verdura bien preparada
La fruta y la verdura siempre peladas y lavadas con sumo cuidado. Aquí no hay problema ya que puedes consumirlas varias veces al día variando solo el tipo y escogiendo preferiblemente la fruta de temporada. Una sabrosa ensalada de lechuga, pepinillos, tomate, maíz y queso magro es el plato perfecto por su sabor y, además, es capaz de saciarte. Otro consejo, ten a mano una buena macedonia de frutas, los ataques de hambre y ansiedad son bastante frecuentes y la fruta es siempre la mejor alternativa, aporta muchos nutrientes y pocas calorías.

Las legumbres son necesarias, sobre todo para aquellas mujeres que comen poca o nada de carne. Durante tu dieta en el embarazo te aportarán altas cantidades de hierro, además, unidas a los cereales constituyen una óptima fuente de proteínas.

¿Grasa?, con moderación
Las grasas y los aceites tampoco deben faltar en tu alimentación, muchas mujeres tienden a reducir de forma exagerada su consumo durante el embarazo por miedo a su aporte calórico. Puedes consumir diariamente aceite de oliva para cocinar o condimentar o, como alternativa, el vegetal. La mantequilla, en cantidad limitada y nunca frita, te aportará también una gran dosis de vitaminas A y B.

Estos son algunos de los consejos más elementales que debes seguir que te ayudarán  en este hermoso periodo de tu vida a sentirte mejor y más sana.

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