La alimentación en la adolescencia
Una alimentación sana en la adolescencia baja en grasas y rica en fibra nos beneficiará en nuestra vida adulta.
Fruta y verdura desde edades tempranas
Un estudio publicado en el Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism ha demostrado que intervenir la alimentación en la adolescencia para enseñar a los jóvenes a reducir grasas e ingerir más alimentos ricos en fibra tiene efectos a largo plazo muy beneficiosos.
Quien comienza temprano a alimentarse correctamente una vez que ha crecido se encuentra con la tensión y glucemia más bajas respecto a aquellos que en estos primeros años siguen una dieta menos adecuada.
El estudio analizó a 230 mujeres de 25 a 29 años que nueve años atrás (entre sus 14 y 20 años) habían participado en un experimento de alimentación en la adolescencia, el Dietary Intervention Study in Children, mediante el cual se intentaba reducir el aporte de grasas por debajo de un 28% de las calorías diarias, aumentando al mismo tiempo el consumo de frutas y verduras.
La adquisición temprana de los buenos hábitos
El objetivo de este nuevo estudio ha sido cuantificar los efectos actuales que tuvo el Dietary Intervention Study in Children en este grupo de ex-adolescentes.
La conclusión fue determinante, la intervención en la alimentacón en la adolescencia tuvo conclusiones positivas: los jóvenes que habían participado en el estudio presentaban ahora la tensión y la glucemia más baja que otros jóvenes de su misma edad que, años atrás, no se habían sometido al experimento. Esto significa que la dieta en la adolescencia puede tener efectos en un plazo de diez años.
Los responsables de este estudio quieren saber ahora si las ventajas de de una dieta baja en grasas y rica en fibra llevada a cabo durante la adolescencia se alargan aún más en el tiempo.
Nuestra dieta mediterránea, de la que desgraciadamente nos estamos alejando a pasos agigantados, ha demostrado ser la más saludable y beneficiosa para el organismo y son precisamente el bajo consumo de grasas y la alta ingesta de fibras sus principales características.
Estudios a parte existe una gran obviedad, los buenos hábitos deben adquirirse temprano, ya sea en la adolescencia o, mejor aún, durante la infancia, ya que cambiar de hábitos en nuestra vida adulta resulta más complicado aunque no imposible, porque ya sabemos “nunca es tarde si la dicha es buena”.